Jaguar (Panthera onca)

Estatus bajo la NOM059: En peligro de extinción

Conocido como “Océlotl” en náhuatl y “balam” en maya, el jaguar ha sido asociado en las diversas culturas de México con el valor, poder, la noche, el inframundo, la fertilidad de la tierra y la muerte.

Los machos pueden llegar a pesar 150 kilogramos; las hembras son más pequeñas. En contraste con los otros felinos grandes, el jaguar gruñe y rara vez ruge. Como depredadores, controlan las densidades poblacionales de sus presas, por lo tanto la desaparición de jaguares puede alterar ecosistemas enteros.

Hoy en día la especie se enfrenta a numerosas amenazas: la pérdida y fragmentación de su hábitat, la agricultura y la ganadería, la caza, la reducción de sus presas (mamíferos, aves, reptiles y peces) y la expansión de los asentamientos humanos.

Mientras que la caza del jaguar ha sido prohibida desde 1987, no se ha hecho lo suficiente para garantizar la preservación de la especie. En México, más del 40 por ciento del hábitat del jaguar ha desaparecido, y ahora se limita a las zonas más apartadas y de difícil acceso en las costas del Pacífico y del Golfo, las sierras del este y del este y el sur-sureste de México. Las poblaciones mejor conservadas se encuentran en la península de Yucatán, Oaxaca y Chiapas, con cerca de 1,800 individuos. En Sonora y Sinaloa, puede haber alrededor de 400 individuos; en la costa del Pacífico medio, en Nayarit, Jalisco y Colima, aproximadamente 300; y desde Michoacán a Chiapas, 650.

La continua supervivencia del jaguar en México es incierta. La población podría disminuir en los próximos 10 o 15 años si el gobierno no desarrolla un programa comprehensivo de conservación. Si las poblaciones no se protegen, podríamos perder la especie.

Recomendaciones

Para incrementar la protección del jaguar, el gobierno debe proteger su hábitat crítico en los estados de Sonora, Sinaloa, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, Puebla, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Cada región es esencial para mantener las poblaciones a largo plazo. La construcción de carreteras en áreas protegidas debe ser evitada, y el manejo responsable de ganado, incluidos los seguros para los ganaderos, debe ser promovida.

El futuro del jaguar requiere la conservación de un ecosistema sano y, la protección de un gran número de especies de plantas y vida silvestre de las cuales depende. La designación y la aplicación diligente de nuevas áreas protegidas del hábitat del jaguar son vitales.