Ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum)

Estatus bajo la NOM059: En peligro de extinción

El ajolote mexicano es una salamandra larga, oscura, cilíndrica, midiendo hasta 30 cm (12 pulgadas) de largo. Esta criatura de distintivo aspecto y en peligro de extinción tiene branquias grandes, que se extienden desde la parte posterior de su cabeza ancha.

El ajolote mexicano históricamente vivió en los lagos de Texcoco, Xochimilco y Chalco, en la Ciudad de México. Sin embargo, en la naturaleza, el ajolote ahora sólo se encuentra en los canales y humedales de Xochimilco. Los pobladores que se asentaron en las orillas de estos humedales llamaron a este animal ajolote, o “monstruo de agua” en náhuatl. Pero en otra tradición prehispánica, el nombre proviene del dios azteca de las deformaciones y la muerte llamado Xolotl, hermano de Quetzalcóatl. El Dios Xolotl también se asocia con la idea de movimiento y vida.

En algún tiempo, el ajolote fue una fuente común de alimento. El ajolote también se utilizó en remedios populares que supuestamente podrían tratar enfermedades respiratorias como el asma y la bronquitis. La creencia de sus propiedades terapéuticas, todavía existe en algunos lugares, y hasta hace poco, fue posible encontrar bálsamos y jarabes en el mercado de Sonora en la Ciudad de México que pretendía contener ajolote como ingrediente principal. También se consume en infusiones que se cree que tienen efectos curativos, aunque estos productos no han demostrado ser eficaces ni seguros. Como alimento, el ajolote se preparó tradicionalmente en sopas, guisos, y hasta tamales. Con tantos supuestos beneficios atribuidos al ajolote, sufrió una sobreexplotación sustancial.

Otras amenazas sobre la especie incluyen el drenaje de la tierra y la pérdida de hábitat causada por el crecimiento de la Ciudad de México. El vertimiento de aguas residuales ha contaminado gravemente lo que queda de lagos nativos de los ajolotes. El lago de Texcoco ha disminuido considerablemente en tamaño y se ha reducido aún más con la construcción del nuevo aeropuerto internacional de Ciudad de México, mientras que el lago de Chalco ha desaparecido por completo. Xochimilco ha sufrido igualmente una disminución en el tamaño y la calidad del agua, y se han introducido peces como la tilapia, que son una amenaza para la salamandra.

En cautiverio, ajolotes pueden vivir hasta 30 años, pero sólo viven entre tres y seis años en la naturaleza. En 1996, la densidad de población de la especie se estimó en 1,000 ajolotes por kilómetro cuadrado; pero en 2014, sólo 36 ajolotes se calcularon para la misma zona.

Recomendaciones

El gobierno local y federal debe desarrollar programas de reintroducción con presupuesto que considere la restauración del hábitat y la creación de refugios para garantizar la supervivencia de esta especie. Los humedales de Xochimilco deben ser desinfectados y restaurados, la fauna exótica erradicada, y la calidad del agua procedente de los sistemas de alcantarillado también deben ser mejorada.